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de los EE. UU. su hogar y trabajaron arduamente para mantener a su familia, sin renunciar nunca a su oficio, incluso cuando los tiempos eran difíciles.
Su amor por el tabaco saltó una generación y cobró impulso cuando se despertó en su amado nieto Rick. Crecer en el oeste de Tampa, a la sombra de las otrora bulliciosas fábricas de cigarros, le enseñó a Rick el valor del trabajo duro y le inculcó agallas y determinación. Las historias de sus abuelos sobre La Habana y los cigarros cubanos en su apogeo nunca estuvieron lejos de la mente de Rick. Entonces, cuando se presentó la oportunidad de trabajar en el negocio de los cigarros, Rick se apresuró a responder. Pronto se encontró estudiando a la mano derecha de leyendas de la industria, sobre todo Benji Menendez, quien transfirió libremente su conocimiento a Rick. Décadas más tarde, Rick ha sido reconocido como un maestro cigarro por derecho propio.

La semilla de West Tampa Tobacco Company se plantó en 1953, cuando los abuelos de Rick Rodríguez, ambos maestros torcedores de puros muy respetados, respondieron al llamado de los EE. UU. Dejaron atrás el glamour de La Habana por las costas de los EE. Oeste de Tampa, Florida. Los Rodríguez hicieron